Lourdes Pérez Navarro
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Nuevos equipos diseñados por especialistas del Centro de Investigaciones Digitales (ICID) entraron en la fase de prueba final, informó su director el ingeniero Fernando Arrojas. Entre ellos, mencionó un electrocardiógrafo de altas prestaciones, un equipo de medición ambulatoria y otro de telemonitoreo para pacientes de rehabilitación cardiovascular.
Una muestra de equipos médicos cubanos fue expuesta en los salones del Palacio.
Al intervenir en la celebración del aniversario 25 de la creación de la Industria Cubana de Equipos Médicos, efectuada ayer en el capitalino Palacio de las Convenciones, Arrojas explicó que en estos años el ICID ha desarrollado una familia de tecnologías de Cardiología, entre las que se destacan, en sus últimas versiones, los CARDIOCID y el EXCORDE (electrocardiógrafos digitales), el CARDIODEF 2, moderno desfibrilador-monitor; y unidades de monitoreo hospitalario, como el DOCTUS, destinado fundamentalmente a salas de terapia intensiva.
También el Centro de Neurociencias de Cuba, surgido en el año 1990, ha ido a la vanguardia en la creación de equipos médicos, pero en la especialidad de Neurofisiología Clínica. Entre estos, el doctor Mitchell Valdés Sosa, director de la institución, señaló el electroencefalograma digital MEDICID, la NEURONICA (para potenciales evocados y electromiografía) y el electroaudiómetro automatizado AUDIX.
Actualmente, dijo, avanzan en la aplicación de un novedoso sistema de pesquisaje auditivo universal a todos los niños y en un proyecto internacional de mapeo cerebral humano, entre otras tareas.
Transcurridos 25 años de producido el electroencefalógrafo digital MEDICID 03, primer equipo médico cubano que se exportó, la Industria Cubana de Equipos Médicos, a pesar de las dificultades provocadas por el bloqueo económico, muestra el alto desarrollo científico y la gigantesca potencialidad alcanzada por nuestra sociedad, logros que han contado con el aliento y la inspiración del Comandante en Jefe Fidel Castro. Ante esto "un revolucionario no puede más que sentirse orgulloso, los felicito", afirmó el doctor José Ramón Balaguer, ministro de Salud Pública.
En el acto estuvieron también presentes el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, miembro del Consejo de Estado y ministro de Informática y las Comunicaciones; Ricardo Cabrisas, ministro de Gobierno; José Miyar Barruecos, secretario del Consejo de Estado; Elba Rosa Pérez, jefa del Departamento de Ciencias del Comité Central; fundadores de la Industria y otros invitados.
Ingeniero doctor José Folgueras, jefe del Departamento de Equipos Médicos No. 1 del ICID, a quien se le asignó la misión de desarrollar el equipo. Fotos: Eddy Martin
En el monitor aparece de pronto una línea continua acompañada de un sonido agudo.
Los familiares dan la alarma. Médicos y enfermeras vienen corriendo con un desfibrilador y aplican al paciente una descarga eléctrica que supuestamente echará a andar su corazón.
Este “gazapo científico”, tan frecuente en las películas, es la imagen que casi todos tenemos sobre este equipo médico. No era distinto para el doctor José Folgueras Méndez, del Instituto Central de Investigaciones Digitales (ICID), cuando en 1999 le dieron la misión de desarrollar un desfibrilador cubano, proyecto que recientemente recibió uno de los premios nacionales a los resultados de la investigación científico técnica del 2005, de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC).
“La escena, aunque espectacular, es un error, porque el propósito de esa descarga eléctrica no es echar a andar el corazón, sino por el contrario, busca detenerlo momentáneamente cuando este músculo sufre una fibrilación ventricular, que son contracciones irregulares que no conducen a ningún latido útil, para que reinicie sus contracciones de forma organizada y pueda bombear la sangre al organismo”, explicó el jefe del departamento de Equipos Médicos 1 del ICID.
Allí, un grupo de jóvenes profesionales encabezado por este ingeniero experimentado, en coordinación con especialistas del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular y el Sistema Integral de Urgencias Médicas (SIUM), logró el diseño de un desfibriladormonitor bifásico, cuya marca registrada es CARDIODEF y que luego de la realización con todo rigor de las pruebas de campo, ya está en uso en algunas unidades del sistema nacional de salud cubano y del Ministerio de Salud de Venezuela.
No es copia de nadie “Este equipo es pequeño, compacto, portátil, lo cual facilita su uso en situaciones tan extremas como las de un paciente que sufra un paro cardíaco en un pasillo o hasta en un elevador”, explicó Luis Hevia, médico del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, vinculado al proyecto.
En ese hospital también utilizan el CARDIODEF 2 desde hace más de un año, para el tratamiento de arritmias cardíacas que requieren ese proceder médico denominado
cardioversión eléctrica, y del cual ya realizaron unas 75 aplicaciones, con más de 90% de efectividad, incluyendo una decena de paros cardíacos, donde su empleo urgente salvó la vida de los enfermos.
Otra ventaja del nuevo equipo es que genera corriente con una onda eléctrica bifásica, la cual permite, con una menor descarga de energía, obtener iguales o mejores resultados en el tratamiento que con la forma de onda monofásica, empleada por modelos más antiguos que provocan mayor daño celular al corazón, explicó el cardiólogo.
También entre las virtudes técnicas del desfibrilador cubano, cuyos similares en el mercado cuestan entre tres mil y seis mil dólares, está que tiene en cuenta la resistencia del cuerpo al paso de la corriente (impedancia transtorácica del paciente), lo cual le permite determinar de forma automática qué carga eléctrica necesita acumular para garantizar que cada enfermo reciba la energía seleccionada por el médico.
“Este equipo responde a un diseño original, o sea no es copia de ningún otro, lo cual le otorga un gran valor añadido, por encima del valor de sus componentes importados”, argumentó el doctor Folgueras, quien precisó que algunas soluciones del CARDIODEF 2 ya obtuvieron tres patentes de la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial, y otra cuarta está en trámites.
Mejora continua “Este desfibrilador no ha fallado y su calidad es comparable con los de firmas reconocidas”, aseveró el doctor Álvaro Sosa, director nacional del SIUM, donde cuentan con ocho de estos equipos.
Durante el último año, los especialistas del SIUM emplearon con óptimos resultados el CARDIODEF 2 en ambulancias y durante el traslado de pacientes por avión. El doctor Sosa explicó además algunas mejoras que sobre la marcha acometieron los especialistas del ICID, en relación con la batería y la creación de un accesorio externo para darle carga a esta.
Y precisamente esta posibilidad de un servicio postventa rápido y seguro es una de las mayores bondades que a juicio de sus creadores tendría para el sistema de salud cubano el empleo generalizado de este desfibrilador.
En estos días, el colectivo del ICID está de plácemes, ya que por tercer año consecutivo el Ministerio de Salud de Venezuela firmó un contrato para la adquisición de cientos de estos instrumentos médicos.
POR LILLIAM RIERA —de Granma Internacional—
• EQUIPOS médicos para servicios de cardiología y neurofisiología clínica, algunos en fase final de pruebas antes de emprender su producción, desarrolla una industria cubana que nació hace 25 años.
Esta industria está constituida básicamente por el Centro de Neurociencias de Cuba (CNC) y el Instituto Central de Investigaciones Digitales (ICID), ambos pertenecientes al Polo Científico del Oeste de La Habana.
Los aparatos producidos en ella han sido instalados en la red de hospitales del sistema nacional de salud, donde contribuyen a elevar la calidad de vida del pueblo, y son comercializados en numerosos países por su excelencia y competitividad.
EN MANOS DE COOPERANTES INTERNACIONALISTAS CERCA DE DOS MIL
Fernando Arrojas, director general del ICID, informó a Granma Internacional que 5 647 equipos creados por ellos se encuentran ubicados en hospitales y policlínicos de toda la Isla; 1 948 están en manos de los cooperantes cubanos en el exterior y más de 10 mil han sido comercializados en los últimos cinco años. Actualmente tienen contratos para producir más de cuatro mil que serán empleados en la red nacional y la exportación.
El ICID ha desarrollado toda una línea para servicios de cardiología, entre los que destacan el CARDIOCID BB (electrocardiógrafo portátil para monitoreo y análisis del ritmo cardíaco) y el EXCORDE (sistema para el estudio de la señal electrocardiográfica de un paciente mientras éste realiza su vida normal durante 24 horas), cuyas versiones mejoradas —según afirmó el ingeniero— ya se encuentran en fase final de pruebas de introducción a producción.
El CARDIODEF 2 (moderno desfibrilador-monitor empleado en la resucitación) y el HIPERMAX (monitor ambulatorio que permite la medición y registro de la presión arterial y la frecuencia cardíaca de los pacientes durante 24 horas), son otros de los productos creados.
Para las salas de terapia intensiva fue concebido el DOCTUS VI (usado en el monitoreo de parámetros fisiológicos), que ya cuenta con una versión mejorada de reciente introducción en el sistema de salud.
También producen el TERAPLUS (un electroestimulador terapéutico) y el ERGOCID-AT PLUS (basado en una PC que posibilita la evaluación de la respuesta fisiológica de sujetos, sanos o no, ante el esfuerzo físico a partir del análisis del electrocardiograma y la concentración y flujo de los gases inspirados y expirados).
COMBIOMED CUENTA CON FILIALES EN VENEZUELA Y ARGELIA
Estos equipos son comercializados por la empresa COMBIOMED, que cuenta con dos filiales en el extranjero, una en Venezuela y otra en Argelia —países a los que se han vendido grandes lotes— y tres en Cuba (La Habana, Santa Clara y Las Tunas), para darles servicio técnico fundamentalmente.
Por su parte, en el CNC desarrollaron otra familia de equipos, pero en la especialidad de neurofisiología clínica, a la que se incorporan los últimos avances dentro del campo de las neurociencias.
El doctor Mitchell Valdés Sosa, director del CNC, rememoró su creación, en 1990, por iniciativa del presidente Fidel Castro, y el trabajo de sus especialistas, fruto de cuya labor son el MEDICID (electroencefalógrafo digital) y el AUDIX (que registra la actividad eléctrica cerebral y permite conocer si hay pérdida de la audición y en qué grado).
El también presidente de NEURONIC S.A. —entidad que comercializa los equipos y tecnologías médicas del CNC— refirió a GI que en España y México están empleando el MEDICID para investigaciones del cerebro.
DETECTAR LA SORDERA EN NIÑOS MUY PEQUEÑOS
Valdés Sosa destacó lo útil que ha resultado el empleo del AUDIX en Cuba para detectar la sordera en niños muy pequeños que pudieran resultar candidatos a recibir un implante coclear —dispositivo electrónico que se inserta donde se encuentra el órgano receptor de la audición— que les permita llevar una vida normal y útil.
El AUDIX también se está usando en China, Venezuela, Colombia, España e Italia, según dijo.
NEURONIC S.A. exporta sus productos a más de seis países, informó Valdés Sosa y apuntó que actualmente laboran en un monitor que permita medir la efectividad de la anestesia sobre el individuo, en colaboración con la Universidad de Oriente, así como en el desarrollo de métodos para detectar y diagnosticar, con precisión, trastornos del aprendizaje.
Con relación al importante proyecto internacional del mapeo cerebral humano, dijo que Cuba trabaja de manera independiente, pues EE.UU. dio financiamiento e impídió su participación oficial. No obstante explicó que los científicos que lo impulsan colaboran con la Isla.
El proyecto de la mayor de las Antillas servirá para caracterizar el desarrollo del cerebro del cubano desde la infancia hasta la tercera edad, explicó el científico e indicó que hasta el momento se han estudiado más de 300 personas en el capitalino municipio de La Lisa, para lo cual se está usando una variante del MEDICID que tiene 132 canales (permite medir la actividad eléctrica en 132 puntos en la cabeza), usualmente se emplean desde 19 a 22 canales, unido a técnicas de resonancia magnética.•
• EL MEDICID 03 fue el primer equipo médico cubano que se exportó y primero de su tipo en el mundo.
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El doctor Mitchell Valdés (a la derecha
en la foto) junto al grupo que
trabajó en la confección del equipo.
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Electroencefalógrafo digital de 24 canales (para medir la actividad eléctrica en 24 puntos en la cabeza) tenía posibilidades de realizar determinadas pruebas y un análisis cartográfico de la actividad cerebral. Incluía, además, la MICROCID 02, primera computadora desarrollada en el Instituto Central de Investigaciones Digitales (ICID).
Médicos y especialistas de la entonces Dirección de Neurociencias del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) junto a ingenieros y técnicos del ICID conformaron el grupo multidisciplinario que desarrolló el equipo.
Transcurría el año 1982, fecha de nacimiento de esta industria en la Isla.
